top of page
Search

De quien es la culpa?

ree

¿De quién es la culpa?

Tras el asesinato de Charles Kirk se desataron intensos debates en Estados Unidos buscando culpables. La derecha acusa a la izquierda, y la izquierda señala a la derecha como responsables de la violencia y el odio que sacuden al país.


Mientras unos y otros levantan el puño señalando, la realidad es que en menos de un mes hemos presenciado una cadena de tragedias: el brutal asesinato del republicano Kirk, la muerte de la joven ucraniana Iryna Zarutska en un vagón de trenpor un delincuente que estuvo preso mas de 14 veces por crímenes de violencia y se le dajaba salir libre, el tiroteo en la escuela católica de Minneapolis donde murieron dos niños, el asesinato de la legisladora estatal demócrata Melissa Hortman y, más recientemente, un robo masivo cometido por más de veinte encapuchados en una joyería de California propiedad de un inmigrante coreano. Y la lista sigue. Cada día nuevas tragedias marcan a Estados Unidos y al mundo entero.

Algunos atribuyen esta ola de violencia al acceso a las armas. Y aunque es cierto que la forma de adquirir un arma debería ser regulada con mayor responsabilidad, ese no es el verdadero origen del problema. Piénsalo: en Estados Unidos existen casi más armas que habitantes. Según el Small Arms Survey (2017), se estimaban alrededor de 393 millones de armas civiles en el país. Si las armas fueran la raíz, ya habríamos vivido una nueva guerra civil.

La verdad es que, mucho antes de que existieran los derechos constitucionales o las armas modernas, Dios estableció leyes eternas y universales:

  • “No matarás.”

  • “No levantarás falso testimonio.”

  • “Honra a tu padre y a tu madre.”

  • Y, sobre todo, el gran mandamiento:

“Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” (Deuteronomio 6:4-5)
“No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.” (Levítico 19:18)

Estas leyes fueron dadas hace más de 3,000 años y siguen siendo la base de una vida justa.

Jesucristo mismo lo reafirmó diciendo:

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.Este es el primero y grande mandamiento.Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” (Mateo 22:37-40)

El verdadero problema de nuestra sociedad no son las armas, ni siquiera los bandos políticos. El origen está en un corazón herido, vacío de Dios, dominado por el odio, la intolerancia y la falta de esperanza. Jesús lo explicó claramente:

“Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.” (Mateo 15:18-19)

Sin Dios en nuestras vidas, la sociedad está en camino de autodestrucción.

Hoy es el día para pedirle al Señor que entre en tu corazón y transforme todo aquello que está afectando tu vida. Solo Él puede traer paz, esperanza y un nuevo comienzo.


David Alberto Perez

 
 
 
bottom of page