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TRABAJO EN PRIVADO, RECOMPENSA EN PUBLICO


Me encanta esta fotografía!


En los últimos meses, muchas personas nos han preguntado qué estamos haciendo para alcanzar ciertos logros en nuestro crecimiento personal y ministerial.


La verdad es que siempre respondemos lo mismo: es por el amor, la misericordia, el perdón, la gracia y el favor de Dios. Si no fuera por Él, nuestra vida no estaría donde está hoy.


Sin embargo, me atrevo a decir que hay otro factor fundamental en este proceso: el esfuerzo, la sabiduría, la pasión, la dedicación, la disciplina y, sobre todo, el amor por lo que hacemos.


Por eso, esta foto me gusta tanto, porque refleja a alguien trabajando hasta altas horas de la noche mientras otros descansan. Y creo que esa imagen representa a mucha personas que trabajan fuertemente para sacar adelante sus familias, proyectos, negocios y ministerios. Pero tambien esta foto, muestra perfectamente nuestra vida, en especialmente la de mi esposo, David.


Como esposos, trabajamos juntos en muchas áreas, especialmente en el ministerio. David es súper, hiper, mega detallista y organizado (jajaja, ¿dije detallista? ¡Sí!). Yo, por mi parte, soy muy analítica y observadora, y me tomo mi tiempo para revisar y elaborar cada informe. Para gestionar todo, usamos una agenda bien estructurada, algo que recomendamos especialmente a quienes manejan múltiples responsabilidades.


Mi esposo sigue un método inspirado en John Wesley, fundador del metodismo y referente teológico de nuestra denominación. Wesley propuso una jornada dividida en 8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de recreación o devoción. Aunque este método ha evolucionado con el tiempo, su visión sobre el uso disciplinado del tiempo sigue siendo una fuente de inspiración. En nuestra agenda, cada hora está bien organizada: estudios, clases, iglesia, informes, edición, medios de comunicación, ayuda social, gimnasio, películas, tiempo en familia… todo está detallado para aprovechar cada momento al máximo.


Algo que debemos recordar es que todo lo que logramos es por la gracia y el favor de Dios, pero el esfuerzo disciplinado también juega un papel clave para hacer realidad muchos de nuestros sueños. Recuerda que Dios bendice nuestro esfuerzo. Tambien lo que el hombre siembra eso lo recoge. Felicidades a todos esos esforzados! Espera en Dios! El te recompensara en publico por tu esfuerzo en privado.


Por Maria Fernanda Cortes de Perez

 
 
 

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