Hace varios años, una joven MADRE viuda viajaba a pie por las montañas de Escocia cuando se encontró con una tormenta de nieve, la cual impidió que llegara a su destino.
A la mañana siguiente, la encontraron congelada, sin ropa de invierno sobre ella. Descubrieron que se había quitado toda la ropa que le abrigaba para cubrir su pequeño hijo, a quien encontraron con vida gracias a tal protección.
A los años el Ministro contaba una emocionante historia, y a los pocos días recibió un mensaje para visitar a un hombre enfermo. Este le dijo: “Usted no me conoce, aunque he vivido en esta ciudad nunca he visitado la Iglesia; pero el otro día pasé por su iglesia y escuché la historia del amor de una MADRE en ese trágico suceso, me asombró cómo explicó tan claramente que tal amor es un ejemplo del amor de CRISTO, que dio su vida por nosotros, que fue el primero en comprender la grandeza de este amor...
“Quiero decirle que yo soy el hijo de esa MADRE que murió congelada. Y quería decirle que mi MADRE no murió en vano. Quiero entregar mi vida a CRISTO. Cuando hablamos de las MADRES, vienen a nuestra mente tantas frases lindas que solo me sale decir ¡GRACIAS MAMÁ!
Pastora, Olena
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